Conectarse
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Usuario del Mes
Un Verdadero Amanecer
Página 1 de 1.
Un Verdadero Amanecer
Una nueva de las siempre eternas noches, únicas compañeras de mi vida.
Mentiría si dijera que recuerdo cómo comenzó, ya que hace bastante tiempo decidí entregarme totalmente a los inconscientes deseos de la carne humana, a lo totalmente imprevisible que puede llegar a ser la inventiva de un ser alejado de todo divertimento burdo, barato o mediocre, si es que no son sinónimos. Pero, por el momento, juego mi propio juego, pongo mis propias reglas.
Y la regla número uno: Gozaré haciendo que goces lo que yo quiera hacer que disfrutes.
Y es que no hay proeza más digna de un Dios caído en la eterna disconformidad, que vagar por todos los mundos posibles logrando que el resto de los mortales se libere de sus ataduras...o se ate un poco más.
Una nueva vieja noche, decía yo. Lo primero que recuerdo es haber visto lascivamente y con total confianza en poder seducirla al instante a la bella luna, eterna amante de mis amantes, eterna dueña de mis aposentos. Sólo ella sabe cómo colorear pálidamente los colores que un aprovechado de sus dones sabe crear en la cama.
Julieta.
Lo primero que notarías sería su delgadez, su pequeña estatura y su belleza cegadora. Luego de cubrirte un poco los ojos, notarías sus preciosos labios, algo carnosos encastrados en su rostro tan juvenil, pero experto para atraer miradas. Si eres de los pocos que logra ser portador del orgullo necesario para verla a los ojos, coincidirías conmigo en que son las puertas más probables al infierno...o tal vez no.
Por algo puedo relatar la noche con Julieta, porque sigo vivo a pesar de dejar el todo de mi vitalidad en sus manos. Desde el principio, sabía que sucumbiría a mis pies, y yo a los de ella...y ella tambien. No hay mayor placer que descubrir que la otra persona conoce qué nos place.
Y jugamos nuestras cartas. Sin miedo a las negativas, aceptamos de antemano debatirnos a un duelo impropio de mentes débiles, de personalidades evasivas o cuerpos poco atractivos.
Si eres como yo, sabrás entender, cuando te lo cuente, que luego de esa noche, yo, Sade, tengo más que un valioso motivo para afirmar, supe vivir un Verdadero Amanecer.
Mentiría si dijera que recuerdo cómo comenzó, ya que hace bastante tiempo decidí entregarme totalmente a los inconscientes deseos de la carne humana, a lo totalmente imprevisible que puede llegar a ser la inventiva de un ser alejado de todo divertimento burdo, barato o mediocre, si es que no son sinónimos. Pero, por el momento, juego mi propio juego, pongo mis propias reglas.
Y la regla número uno: Gozaré haciendo que goces lo que yo quiera hacer que disfrutes.
Y es que no hay proeza más digna de un Dios caído en la eterna disconformidad, que vagar por todos los mundos posibles logrando que el resto de los mortales se libere de sus ataduras...o se ate un poco más.
Una nueva vieja noche, decía yo. Lo primero que recuerdo es haber visto lascivamente y con total confianza en poder seducirla al instante a la bella luna, eterna amante de mis amantes, eterna dueña de mis aposentos. Sólo ella sabe cómo colorear pálidamente los colores que un aprovechado de sus dones sabe crear en la cama.
Julieta.
Lo primero que notarías sería su delgadez, su pequeña estatura y su belleza cegadora. Luego de cubrirte un poco los ojos, notarías sus preciosos labios, algo carnosos encastrados en su rostro tan juvenil, pero experto para atraer miradas. Si eres de los pocos que logra ser portador del orgullo necesario para verla a los ojos, coincidirías conmigo en que son las puertas más probables al infierno...o tal vez no.
Por algo puedo relatar la noche con Julieta, porque sigo vivo a pesar de dejar el todo de mi vitalidad en sus manos. Desde el principio, sabía que sucumbiría a mis pies, y yo a los de ella...y ella tambien. No hay mayor placer que descubrir que la otra persona conoce qué nos place.
Y jugamos nuestras cartas. Sin miedo a las negativas, aceptamos de antemano debatirnos a un duelo impropio de mentes débiles, de personalidades evasivas o cuerpos poco atractivos.
Si eres como yo, sabrás entender, cuando te lo cuente, que luego de esa noche, yo, Sade, tengo más que un valioso motivo para afirmar, supe vivir un Verdadero Amanecer.
Marqués de Sade- Extranjero
- Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 09/01/2013
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Dom Jun 16, 2013 5:59 pm por Bennet Hatch
» Capitulo III: El Lobo y el Aguila
Jue Mayo 23, 2013 4:55 am por Roy Statham
» Profecia 666
Jue Mayo 23, 2013 4:23 am por Roy Statham
» Orientación
Jue Mayo 23, 2013 4:15 am por Roy Statham
» ¡Preséntate Aquí!
Lun Mayo 20, 2013 6:34 pm por Roy Statham
» Recuerdos de antaño
Jue Mayo 16, 2013 8:07 pm por Adoril Carter
» Publicidad de Foro
Dom Mayo 12, 2013 10:32 pm por Adoril Carter
» Sugerencia de Mapa
Dom Mayo 12, 2013 10:26 pm por Adoril Carter
» Pase, adelante ... mesa para uno?
Lun Abr 15, 2013 1:52 am por Roy Statham